Fue un intercambio muy interesante y que abrió varios puntos para la reflexión.
Como adultos trabajamos con niños y muchas veces olvidamos entrar en el universo infantil o no sabemos cómo hacerlo. El juego es la llave.
Si no nos permitimos recuperar la capacidad de jugar o no estamos dispuest@s a aprenderla de nuevo, estaremos creando un abismo insalvable entre el niño y nosotr@s que dificultará,inevitablemente, la comunicación con el pequeño.
A jugar se ha dicho!! Y el que se niegue se estará perdiendo algo bueno.
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