Palabras de bienvenida.

Bienvenidos y bienvenidas a este recorrido de arte sobre pedales. Queremos compartir con ustedes miles de momentos, de payasos y de cuentos, de emoción y de ternura. Para que el eco de las risas, la calidez de las miradas, las miles de palabras cariñosas y los miles de abrazos recibidos los envuelva aunque sea por unos minutos, mientras dure el recorrido por este blog.
Los invitamos a sumarse en nuestra pedaleada de ilusiones, los invitamos a contagiarse un poco de la magia de provocar sonrisas y lo mágico de dejarse sorprender.

Nahuel, Fabiana y Luciano
Compañía Tricletas.

jueves, 13 de octubre de 2011

Guatemala (desde octubre 2010 a julio 2011)




Teníamos la ilusión de encontrar en este país un desarrollo artístico más fuerte que en los otros lugares de Centroamérica que habíamos visitado. Notamos la diferencia, aunque creemos haber visto dificultades similares.
Nos encontramos con el arte monopolizado, grupos artísticos de elite, cristalizaciones con fisuras, pero también con grupos independientes que luchan por hacer a pesar de las limitaciones y dificultades. Las diferencias al trabajar con uno y otro grupo son notables, los resultados, también.

En Guatemala, el arte es peligroso para sectores de poder que no quieren escuchar y pretenden perpetuar el sometimiento y el continuo silencio. Si bien no es novedoso que el arte sea un lugar de resistencia y contestación a las injusticias y desigualdades sociales, políticas y de otra índole, en este hermoso y castigado país, las personas que luchan por espacios de expresión -artística o cualquier otra- son perseguidas y castigadas, incluso asesinadas.


El Mono
 El Mono en los 10 años de Caja Lúdica





        






     Nuestro humilde homenaje al "Mono" (Víctor Leiva), miembro activo de Caja Lúdica, a quien tuvimos la dicha de conocer. Fue asesinado a sus 24 años en pleno Centro Histórico de la capital, el 2 de febrero de este año. Muchos miembros representativos de la cultura o de otros grupos que de uno u otro modo hacen conciencia y recuperan las voces acalladas, desaparecen o son asesinados en Guatemala.



      
    Conocimos al Colectivo Arrancacebollas, un grupo de jóvenes que de manera totalmente independiente se reúne para hacer cine y demostrar que “se puede hacer con lo que hay”. Valoramos mucho esa postura ya que hemos visto que en Centroamérica está instalada la idea de que sin apoyo económico (que en general viene del exterior) no es posible llevar a cabo ningún proyecto. Guatemala es un país que ha recibido y sigue recibiendo mucho dinero de afuera desde la firma de “los tratados de paz”, cuando las ONG se multiplicaron y cualquier proyecto que se presentara era viable.
Estos chicos se esfuerzan por demostrar que otra forma de “hacer” también es posible y trabajan en la organización de un festival anual con el objetivo de abrir espacios de expresión descentralizados luchando con las limitaciones culturales y de otra índole. Hicimos un rico intercambio con ellos a nivel humano y profesional a través de talleres, charlas, mates, tragos, café y un corto filmado en Nueva Santa Rosa, donde nos invitaron a participar (“Cómo morir dos veces y no dejar de verte en el espejo”, escrito por Ivannoe Fajardo). Fue una experiencia nueva para nosotros y muy divertida, compartimos un fin de semana de mucha alegría y emociones. Regalamos a la gente del lugar una función callejera.

elenco en Nueva Santa Rosa

payaso en Nva. Santa Rosa



cuentos en Nva. Santa Rosa


























filmando el corto
filmando interiores
































familia Tricletas





Conocimos también a Cuernoempanza, un grupo de teatro compuesto por jóvenes provenientes de diversas facultades de la universidad de San Carlos. Descubrimos a un grupo de lindas personas que se mueven con esfuerzo para hacer lo que les gusta y de manera independiente. Eso fue suficiente para poder conectar y trabajar juntos. Dimos un taller que disfrutamos mucho. Les deseamos todo el éxito y que sigan creciendo.






Festejo 10 años de Caja Lúdica
Caja Lúdica es una agrupación de jóvenes que tienen una visión social del arte y por lo que sabíamos de ellos -de manera indirecta a través de internet- creíamos que podríamos compartir no pocas cosas debido a que coincidíamos con gran parte de su visión. Nuestra experiencia no fue tan completa como esperábamos ya que nos encontramos con una institución burocrática y empresarial que no coincidía con las expectativas que de ella teníamos. En gran parte por esto no logramos conocer su trabajo en comunidades a pesar de nuestros esfuerzos por acompañarlos y por aportar desde nuestro lugar. Creemos que a eso se debieron también los obstáculos poco lógicos que hallamos para colaborar de manera gratuita con el Chitic, un encuentro de zanqueros que realizan cada año y para el que nos habían pedido participación.
Participación con Caja Lúdica
Lo poco que hicimos con ellos fueron encargos contratados por grupos privados y tras mucho insistir y gracias al apoyo amigo de dos de ellos, Carlos y Haroldo, logramos llevar a cabo dos funciones en el espacio que tienen en la linda casa que ocupan para sus actividades y que durante nuestra estadía vimos bastante desaprovechada.
Lamentamos muchísimo haber pasado por una institución así sin haber podido intercambiar prácticamente nada. Una lástima por nosotros y por ellos también, ya que por lo poco que pudimos ver de su trabajo artístico, teníamos bastante para aportar y bastante también para aprender.

Festejo 10 años













10 años






"Por la paz y mis derechos"








"Por la paz y mis derechos"





























"Por la paz y mis derechos"







Con Carlos y Haroldo













Función en Caja Lúdica








La primera función de calle que hicimos en Guatemala fue en un espacio municipal que se llama “Pasos y cultura”. No cobramos un peso pero aprovechamos el espacio para poner en práctica la idea de acercar el arte a la mayor cantidad de gente sin que la policía nos corra de ningún lado. Lo pasamos muy bien y cosechamos muchas sonrisas y buena energía de citadinos bastante especiales. La capital de Guatemala nos dejó asombrados por la calidez de su gente.

























Desde la capital y a través de una querida amiga, hicimos contacto con la gente de Aguas del pueblo, quienes nos contrataron para llevar el Teatro foro a tres comunidades de Champerico para trabajar el tema del buen uso del agua y la higiene. 
Vimos comunidades muy agradables, agradecidas y no del todo comprendidas. Tuvimos un recibimiento hermoso y muy buena respuesta en las funciones y los foros. Fue muy rico y divertido el compartir con esta gente, nos enterneció la alegría con la que recibieron las funciones. Fueron días de buena onda, arte y aprendizaje para todos.








Conocimos a los jóvenes que trabajan en la comunidad El incienso, dentro de la capital. Compartimos con ellos y la gente de ese lugar día de cuentos, payaso, amistad, cálida tarde de ponche y rica comida en el convivio navideño (son festejos que anticipan la Navidad y que en Guatemala abundan, una buena excusa para hacer proliferar reuniones amigueras). 





 



Luciano estuvo concurriendo al taller de construcción de la Escuela de música y como agradecimiento ofreció una función en la que comulgó la nariz roja con la música y que tuvo muy buena recepción, dejando buenos recuerdos y sonidos en el aire.























Conocimos a Las Enredadas, un grupo de mujeres que hacía poco que habían empezado a trabajar la violencia hacia la mujer en Ciudad Vieja, cerca de la capital. Estaban organizando un evento callejero para el 25 de noviembre, por el “Día internacional de la no violencia hacia la mujer”, al que nos sumamos con gusto.
Poca gente se animó a acercarse, y menos gente de la que había se animó a participar, pero felizmente ni la intervención ni el mensaje pasaron desapercibidos. Tuvo un impacto inmediato en algunas personas que quisieron compartirnos sus vivencias personales cuando la función terminó, otras que se acercaron para pedir ayuda. Eso bastó para hacernos sentir que valía la pena seguir. 













En Antigua.
Para hacer funciones de calle fue necesario solicitar permiso a la alcandía y a los amigos de “La calle del Arco”. Antigua es una ciudad muy turística cuya Calle del Arco se convierte en peatonal los fines de semana. Allí conocimos a Tamagochi, un mimo al que agradecemos por siempre su apertura, sencillez y su capacidad de compartir.
No es fácil encontrar entre los artistas callejeros gente que ceda “su” espacio en la vía pública, pero desde el primer encuentro con Tamagochi disfrutamos de su buena onda y amistad, nos ofreció compartir de inmediato su propio círculo y nunca obtuvimos de él otra cosa que no fuera sonrisas y cariño. Gracias Tamagochi! Y buen camino!



humorchapin.wordpress.com
En esa misma calle conocimos también a otro talentosísimo amigo: Guillermo Lorentzen, caricaturista, autor de las hermosas imágenes que hemos utilizado para que nos representen gráficamente a lo largo de nuestras funciones de viaje. ¡¡Gracias Guille!!

Dibujante: Guillermo Lorentzen

atrás, Guillermo Lorentzen en plena creación




Trabajamos en la Cooperación Española (AECID)...institución por demás de burocrática y no siempre simpática. Tuvimos la suerte de conocer y trabajar con Liliana Aldai, quien siempre nos acompañó y facilitó nuestro paso por ese lugar. Sin su apoyo dudamos seriamente que las actividades se hubieran podido realizar con éxito.

Participamos dando talleres infantiles  de expresión corporal y escrita y otros acerca de los Derechos del niño en el marco de la muestra de la Memoria histórica “A la vuelta de la esquina”, con respecto a los años del conflicto armado en Guatemala. Los resultados fueron emotivos. Lamentamos que este lugar no se haya involucrado en lo más mínimo con esta actividad que realizamos de manera solitaria (a excepción de la compañía de Liliana). Nos fuimos contentos al haber logrado acercar una mínima parte de una historia que no nos pertenecía a niños que la desconocían y que son receptores directos de las huellas que la guerra dejó.
"Los niños tenemos derecho a la paz"(José)
El conflicto armado en Guatemala duró 35 años, hasta el 2006, cuando se firmaron los “acuerdos de paz”, de modo que muchos de los sobrevivientes son jóvenes todavía y la sociedad toda está sufriendo el peso de un silencio impuesto. Logramos abrir un mínimo y humilde espacio de comunicación al invitar a quienes habían vivido su niñez en esos años para que compartieran con los niños su visión de la guerra, sus miedos, pensamientos y experiencias infantiles. El intercambio fue rico y muy conmovedor. Ojalá hayamos abierto para esos niños y niñas un poquito aunque sea la puerta de la curiosidad, la información y las preguntas. Gracias a los adultos que hablaron. Gracias a los niños que escucharon.



"Pienso que los niños no tenemos derecho a que nos maten sino a jugar" (Julio, 10 años)
 

"Elegí dibujar esta historia porque me impresionó que a la niña no la dejaran jugar" (Julia, 11 a.)



 








Pasamos por el Centro cultural El Sitio no sin rabietas. Este tipo de lugares suele vanagloriarse desplegando un extenso currículum con sus años de experiencia, pero en el momento de demostrar su nivel profesional a veces dejan bastante que desear.
Con mucho esfuerzo de nuestra parte realizamos un espectáculo que, a pesar de la poca gente que acudió -producto de una promoción deficiente realizada por el lugar- salió bonito y tuvo frutos. Habíamos acordado con semanas de antelación un taller que El Sitio intentó cancelar el día anterior a las 21:30hs (leyeron bien), pero decidimos llevarlo a cabo a pesar del mal trato de este lugar porque consideramos que la gente que responde interesada -aunque sean pocas personas- se merece nuestro respeto: nos fuimos de allí con la firme convicción de que nunca más haríamos tratos con este lugar ni lo recomendaríamos.


Como dice el dicho: una de cal y otra de arena. En esos días tuvimos una muy grata experiencia en El Amasijo, un pequeño lugar lleno de calidez y amabilidad cuyas puertas sus anfitriones abrieron de manera completa. Pudimos realizar más de una función en un ambiente íntimo pero lleno de buena energía y respeto. Gracias a Carlos y Luis por brindarse y por dar lugar a la expresión. 






 


















(Fotos: gentileza Luis Payeras)



Panajachel.
Conocimos y compartimos dos meses con Chúmbala Cachúmbala, integrado por Teca y Paolo, una pareja de titiriteros que cuando llegamos estaba en plena organización del IV Festival Titiritlán en el lago Atitlán. La mala suerte de unos suele ser la buena de otros y a nosotros nos tocó felizmente el segundo caso: a último momento el Ministerio de cultura de Argentina le avisó a una titiritera de este mismo país (o sea el nuestro) que no la respaldaría con el pasaje de avión para su participación en el Festival, de modo que ya era tarde para convocar a otro grupo y nosotros estábamos en el lugar indicado en el momento indicado. Nos incluyeron en la programación del festival con función de cuentos y payaso, cosa que disfrutamos a lo grande ya que conocimos a personas lindas y compartimos comidas, paseos, funciones y más. Los Chúmbala Cachúmbala hicieron posible en gran parte ese disfrute ya que su hospitalidad y atención a los detalles permitió que la convivencia y las funciones fueran una verdadera fiesta. Gracias por permitirnos vivir esa experiencia.
Y el lago nos siguió cautivando con su mágica presencia...












De la mano de Chúmbala Cachúmbala conocimos a gente de la Mancomunidad que se interesó en nuestra propuesta de teatro foro y así nos involucramos en un proyecto ecológico que venían llevando a cabo sin muy buenos resultados en la comunidad de Santa Lucía de Utatlán. Trabajamos con los colegios y escuelas públicas y los resultados fueron muy interesantes.
Vimos la distancia marcada entre profesionales y la gente en general, entre los docentes y los niños. Una distancia de saberes que parece estar consensuada ya que reiteradas veces y en distintos espacios y situaciones la percibimos -creemos que para justificar otro tipo de diferencias (sociales, económicas y tal vez otras). Vivimos la necedad de quienes se empeñan en llevar a cabo proyectos en un plazo de tiempo predeterminado por los fondos de dinero, que no siempre acompañan al tiempo que se necesita para, por ejemplo, cambiar conductas en la gente (cualquiera sea su educación, cultura, edad y procedencia). Vimos también el desinterés de los docentes y directivos en cuestiones educativas (informativas, artísticas, etc). Aprendimos mucho observando y escuchando, nos entristecimos bastante también.
Deseamos haber aportado de manera constructiva a los niños y adolescentes con el teatro y las reflexiones a las que llegamos entre todos. Deseamos haber aportado con las críticas que dirigimos a las autoridades y a quienes dicen saber. Agradecemos la apertura, la capacidad de escucha, la sensibilidad y la sencillez de Otoniel, quien al fin y al cabo -y por suerte!- era el responsable directo del proyecto. Gracias por la oportunidad, gracias por nuestro aprendizaje.
















Totonicapán
En Totonicapán y de la mano de nuestro querido amigo Juan Robles y del grupo Los cuatro, dimos talleres a docentes y tuvimos la hermosa experiencia de llevar cuentos y payasos a escuelas algo retiradas de la ciudad. Los niños guatemaltecos son personitas muy agradecidas y cálidas, nos recibieron con mucho cariño y se brindaron enteros en cada función. Fue una alegría y un pacer inmenso llegar hasta ellos y regalarles momentos de alegría, fantasía y sonrisas.
Gracias por el calor. Gracias por tanta cosa linda.





"Si no nos contás otro cuento no te dejamos pasar"








"Presentador de lujo"

"El día en el que el presentador no quiso presentar"

Maestras



Xela


En Xela nos recibió la Botica Cultural, un grupo de chicos muy agradables con los que habíamos acordado una gira por escuelas y algunas funciones en barrios. Los resultados no fueron los esperados ya que las instituciones -todas en la ciudad con excepción de una que estaba más retirada- no demostraron mucho interés ni respeto por nuestro trabajo, salvo en una o dos escuelas. Incluso vivimos una incómoda experiencia con un grupo cuya relación con la escuela nunca quedó clara pero que nos “recibió” y “despidió” del lugar: eran dos hombres que nos arrebataron gran parte de la escasa compensación económica en una situación poco amistosa y clara, dentro de un carro con vidrios polarizados (y cerrados)...
Todos aprendimos con esa experiencia y se reiteraron las conclusiones a las que varias veces llegamos y que seguimos sacando con las nuevas experiencias: en general, salvo poquísimas excepciones, las escuelas más agradecidas son las más rurales y de menos recursos; cuanto mayores oportunidades tiene una institución y su gente, menos interés y valoración demuestran aunque, paradójicamente, son los más necesitados en cuanto al proceso de aprendizaje humano que nos interesa compartir.




Salimos de Guatemala con muchos recuerdos grabados a fuego. La ingenuidad y el agradecimiento sobre todo de los niños receptores y dadores de tanto nos colmó el corazón de enseñanzas y una alegría profunda e imperturbable. Gracias por siempre.